La bacteria E. coli, además de destrozarnos el estómago si se reúnen las suficientes, sirve para crear psilocibina.
La Universidad de Miami en Oxford (Ohio) asegura que han encontrado la forma de producir psilocibina a nivel industrial utilizando la bacteria E. coli. De esta manera este componente psicoactivo y del que se asegura tiene propiedades medicinales, podría producirse a gran escala sin tener que depender de enormes campos de cultivo de setas mágicas.
No se trata de un procedimiento artificial o sintético sino que han utilizado un método bastante habitual en los laboratorios: empalmar ADN. Una vez aislado el ADN de la psilocibina lo que hacen es copiarlo y pegarlo en el genoma del E. coli. Después solo toca esperar a que el E. coli fabrique por sí solo la psilocibina.
El descubrimiento, de ser preciso, supone un salto relevante en el campo pues gracias a la ingeniería genómica se producirá psilocibina de una forma nunca vista gracias a una grupo biológico totalmente distinto al de los hongos.
Pese a que lo más difícil está hecho, al laboratorio aún le queda la parte crucial de que el E. coli comience a producir psilocibina a escala industrial. Por el momento se está consiguiendo producir un total de 1.16 gramos por cada litro de agua, que es una cifra elevada si se compara con los pocos miligramos que se lograban sacar al inicio de la investigación. Podrían estar cerca de la producción masiva en breve.
La psilocibina está siendo probada como tratamiento para la depresión o el estrés post-traumático con resultados positivos. Se cree, aunque aún se carecen de estudios suficientes, que pequeñas dosis de psilocibina pueden recuperar el tejido cerebral o ayudar con la adicción al alcohol.