Todos los asistentes a un funeral en Alemania acaban intoxicados por comer un pastel con hachís.
Según informan algunos medios alemanes, no sabemos si con demasiado criterio, todos los asistentes a un funeral terminaron pidiendo ayuda médica después de ingerir un pastel que estaba condimentado con hash.
Es costumbre en Alemania que tras terminar el desagradable asunto del entierro, la familia y amigos se reúnan para tomar café y algún dulce. Esta vez el pastel que consumieron vino con sorpresa.
Después de la comida todos comenzaron a encontrarse mal y tuvieron esos síntomas tan típicos de haberse pasado con los comestibles de cannabis: náuseas y mareos. Aunque la información que tenemos no especifica cómo acabó el asunto para estas personas, lo normal es que cuando bajó el subidón todo volvió a su estado original y nadie tuvo que ser ingresado.
La policía se hizo cargo de la investigación para saber cómo pudo llegar ese pastel a la mesa de estas personas. Se descubrió que la responsable fue la hija del dueño del restaurante donde comieron el pastel, una muchacha de 18 años que había preparado el pastel para otra cosa bien diferente.