El grupo español pasó de tener un 43% de participación a controlar el 50,8% de la empresa cannábica, tras nuevas aportaciones de capital que superaron en cuantía a las del fondo británico GHO, cuya participación se redujo del 54% al 46,1%. Este reequilibrio accionario refleja tanto la apuesta estratégica de la familia Abelló por el sector del cannabis medicinal como la necesidad de responder a los retos económicos que enfrenta la industria.

En 2024, Linneo Health logró recortar sus pérdidas hasta los 2,71 millones de euros, frente a los 5,5 millones registrados en 2023. Esta mejora relativa se atribuye al fortalecimiento de su capacidad de producción, la optimización de sus instalaciones de cultivo y postcosecha y la ampliación de su red de clientes en mercados clave como Reino Unido, Alemania e Italia. La compañía también incrementó sus ingresos de seis a diez millones de euros en el mismo periodo, según detalla su informe de gestión.

Las inyecciones de capital, aprobadas en las juntas de accionistas de junio y noviembre de 2024, ascienden a 4,5 millones de euros anuales para cubrir las necesidades de financiación de los ejercicios 2024 y 2025. Estas operaciones se enmarcan en una estrategia más amplia que contempla un ambicioso plan de expansión industrial. Entre los objetivos fijados está duplicar la capacidad de producción actual hacia 2027, con obras ya iniciadas a comienzos de 2025.

Linneo Health también ha comenzado a explorar nuevos mercados en Australia y Polonia, con la intención de diversificar su cartera internacional y reducir la dependencia con determinados mercados europeos. Al mismo tiempo, la empresa sigue atentamente la evolución del panorama legislativo en España, donde el Ministerio de Sanidad anunció en febrero de 2024 la apertura de consultas públicas para regular el cannabis medicinal. Una eventual aprobación de la normativa en 2025 podría abrir nuevas oportunidades de negocio y facilitar el acceso a preparados cannábicos para miles de pacientes que hoy permanecen desatendidos.