A pesar de los continuos avances que existen en EEUU con respeto al cannabis, Texas sigue siendo uno de los estados más prohibicionistas. La última novedad es que el Fiscal General, Ken Paxton, ha demandado a cinco ciudades que habían aprobado medidas a favor de la despenalización y “por adoptar políticas de amnistía y no enjuiciamiento que violan las leyes relativas a la posesión y distribución de marihuana”, dice la denuncia oficial.
Austin, San Marcos, Killeen, Elgin y Denton fueron las ciudades demandadas por el Fiscal General. En 2022, cada una de ellas había dictado ordenanzas en las que se instruía a la policía a no cumplir las leyes estatales que prohíben la posesión y distribución de cannabis. La intención era hacer una política de forma local para que las fuerzas de seguridad prioricen otros delitos. Pero Paxton aseguró que tales medidas están prohibidas por el Código de Gobierno Local de Texas.
“No me quedaré de brazos cruzados mientras las ciudades dirigidas por extremistas pro-crimen violan deliberadamente la ley de Texas y promueven el uso de drogas ilícitas que dañan a nuestras comunidades”, dijo el Fiscal General de uno de los últimos lugares del mundo occidental que todavía permite la pena de muerte.
Si bien la pena capital no es aplicable a los delitos relacionados con cannabis, Texas tiene una de las políticas más restrictivas. Desde 2015 solamente se permite el uso de derivados del CBD para tan solo unas nueve patologías para pacientes que cuenten con una indicación médica. Mientras que el mínimo de encarcelamiento para la posesión simple es de 180 días. El caso más grave es para una persona que sea sorprendida con más de 56 kilos (dos mil onzas), que puede llegar a tener una pena de prisión de hasta 99 años.