En enero del 2018 el agente Vittorio Dominelli participó en un registro de un dispensario de Canadá que presentaba ciertas irregularidades. A Dominelli se le ocurrió robar durante el proceso algo de chocolate con cannabis. Salió mal.
Los agentes cumplieron con su deber pero Dominelli se llevó tres barras de chocolate con THC que compartió con su compañera. Poco después de comer el chocolate comenzó a subirle el THC, a sudar bastante y entró en pánico. Llegó a pensar que “iba a morir”, por lo que pidió ayuda por radio a otros policías usando el código 10-33, “policía en problemas”.
Ahí es donde se descubre, como no puede ser de otro modo, que Dominelli había tomado de una de las mesas del dispensario el chocolate cannábico. Algo que, tratándose de una redada, es una “manipulación de evidencias”.
Este agente se enfrenta a su juicio por manipular pruebas y en el veredicto se puede leer que se le califica como “completo idiota”. Tanto él como su compañera (que se negó a dar el aviso por radio pues sabía la que le iba a caer encima si se enteraban que robaron pruebas) enfrentan una suspensión por mala conducta.
Dominelli presentó su renuncia a las fuerzas de seguridad esta semana, lo que provocó que la jueza a cargo señalara que "la conducta aquí solo se puede describir de estúpida".