Después de que Jean-Marc Fournier (en la imagen), ministro quebequense responsable de las Relaciones canadienses y de la Francofonía, sugiriera al Senado la posibilidad de enmendar el Proyecto de ley C-45 sobre la legalización de cannabis en su artículo referente al cultivo de marihuana en domicilios particulares, con vistas a prohibirlo, el propio Senado canadiense ha ido más allá al proponer la necesidad de “precisar la autoridad de las provincias y territorios a legislar sobre la autorización para la posesión, el cultivo, la multiplicación y/o la cosecha de plantas de cannabis en lugares determinados, incluyendo el poder de prohibir”.
Fournier había declarado: “Claramente hay un gobierno que les dice a los ciudadanos: ‘Estamos con ustedes para desafiar las leyes de las provincias’”. La propuesta, evidentemente, va contra lo que había proyectado el gobierno del primer ministro Justin Trudeau, que ofrecía la posibilidad de sembrar hasta cuatro plantas de marihuana por casa. Es ahora el Comité de Asuntos Sociales, Ciencias y Tecnología el encargado de decidir si propone las enmiendas al Proyecto de Ley C-45, que el gobierno desea que sea sometido a votación final en el Senado el jueves 7 de junio próximo, como fecha límite. Incluso aunque el proyecto de ley sea aprobado en esa fecha, todavía se tardarán semanas en poder fumar libremente, hasta que las provincias desarrollen sus planes de venta. Y si la enmienda se llevara a la práctica, serían las provincias quienes tendrían la última palabra sobre cuestiones clave de la reglamentación, y no todas parecen tan liberales como el gobierno de Trudeau.