El ayuntamiento de Ámsterdam está viviendo días de tensión política y desencuentro entre la alcaldesa y la mayoría de concejales por las opiniones enfrentadas sobre el futuro de los coffeeshops de la ciudad. La alcaldesa está decidida a prohibir el acceso a los establecimientos de venta legal de cannabis a cualquier persona que no sea residente en el municipio, mientras que los concejales creen que la decisión tendría consecuencias negativas.
La alcaldesa lleva tiempo intentando llevar a cabo la prohibición de acceso a las personas extranjeras. Hace más de un año ya expresó sus intenciones y la semana pasada escribió una carta al concejo municipal defendiendo de nuevo la medida y valorándola como “necesaria”, según recoge NL Times. Para la alcaldesa la prohibición es también “inseparable” de las medidas previstas para iniciar cultivos de cannabis legal que abastezcan a los coffeeshops. “Existe una interdependencia preocupante entre el comercio de drogas blandas y duras: el dinero del lucrativo comercio de cannabis se convierte fácilmente en drogas duras”, argumentó en la carta.
Otras ciudades de Países Bajos ya aplican una medida como la que pide la alcaldesa para Ámsterdam. Actualmente en la capital funcionan 166 coffeeshops, y según los cálculos de la alcaldesa serían suficientes 60 para cubrir la demanda de los residentes en caso de excluir a los extranjeros. Pero la mayoría de los concejales del ayuntamiento creen que la medida provocaría un aumento del tráfico ilegal de cannabis en las calles, y provocaría el cierre de la mayoría de coffeeshops. Es decir, temen que los turistas sigan buscando cannabis en la ciudad y al no conseguirlo por vías legales recurran al mercado nego. “Tentará a los jóvenes... a ganar dinero y esto no es lo que queremos”, dijo la concejala Imane Nadi, del partido GroenLinks, a la alcaldesa.