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Barcelona declara la guerra a los clubs de cannabis

El teniente de alcalde quiere ir contra los club de cannabis y las tiendas de semillas y productos cannábicos.

El teniente de Seguridad de la alcaldía de Barcelona, Albert Batlle, miembro del Partit Socialista de Catalunya (PSC), se ha puesto como uno de sus objetivos principales para sus próximos años en el nuevo gobierno municipal “luchar contra la droga”, un objetivo en el que incluye una batalla legal y administrativa contra los clubs de cannabis de la ciudad. Batlle ya ha manifestado en anteriores ocasiones su deseo de “prohibir los clubs de cannabis” y de ir contra las tiendas de semillas y otros productos cannábicos.

Tras el nombramiento de Jaume Collboni (también del PSC) como nuevo alcalde de Barcelona, Albert Batlle ha ascendido de quinto a tercer teniente de alcalde y ha dejado de ser el regidor del distrito de Sarrià-Sant Gervasi para pasar a ser el regidor de Ciutat Vella. Su lucha contra la droga va más allá de los clubs de cannabis, y ha anunciado que también se enfrentará a la venta ilegal de drogas en la calle y a las tiendas de productos cannábicos legales que han proliferado en la ciudad durante los últimos años.

Según el diario El Nacional, Batlle se ha propuesto “ordenar la ciudad” y para ello pretende “combatir el incivismo, combatir la suciedad y combatir los elementos de deslucen la ciudad”. Albert Batlle lleva ya cuatro años como teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, lo que también implica estar al frente de la Guardia Urbana. Desde su nombramiento Batlle ha intensificado la batalla contra los clubs de cannabis, realizando una campaña de inspecciones para intentar eliminarlos o limitar su actividad aplicando la sentencia del Tribunal Supremo que anuló la regulación urbanística de los clubs aprobada en 2016.

“Creemos que los clubes cannábicos y las tiendas de semillas cannábicas son actividades que no tienen que tener cabida en nuestra ciudad”, escribió Batlle hace unos meses en un artículo para la web del PSC. “El (auto)cultivo y el consumo de cannabis, aunque sea a nivel doméstico, para el propio consumo, es muy invasivo e impacta en el derecho de quien no quiere convivir con esta práctica, y de manera más grave sobre los y las menores de edad a quien se supone que tenemos que blindar mayor protección”, expresó entonces.

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