La fundación sobre políticas de drogas Transform Drug ha publicado este mes el informe Cómo regular estimulantes, una guía que propone la venta por parte del Estado de estimulantes como la cocaína, la MDMA o las anfetaminas como la única alternativa viable a las ineficientes políticas de drogas actuales. La propuesta es clara: nacionalizar la producción y venta de drogas estimulantes para acabar con el crimen mundial relacionado con las drogas y con otros efectos perniciosos derivados de la prohibición de estas sustancias.
La guía, editada en forma de libro físico y también disponible online de forma gratuita, se inicia con un prólogo de la ex primera ministra de Nueva Zelanda Helen Clark, para luego entrar a revisar los argumentos de por qué las actuales políticas de drogas basadas en la persecución y el castigo a las personas usuarias de drogas es contraproducente, no solo para las personas que las usan, sino para el conjunto de la sociedad.
Los autores de la guía proponen un modelo de acceso a sustancias estimulantes controlado por el Estado, en el que las drogas estimulantes se venderían sin receta en farmacias por parte de personal especializado, en cajas de una sola dosis sin posibilidad de adquirir más de una, y únicamente a personas mayores de edad. La publicidad estaría prohibida y las cajas a la venta tendrían que estar libres de cualquier tipo de empaquetado que las hiciese atractivas. El Estado tendría el monopolio sobre la producción de los estimulantes para evitar que se promocionase la compra con el fin de aumentar ganancias.
“La regulación de estimulantes debe diseñarse, sobre todo, para proteger la salud pública, reducir las desigualdades sociales y garantizar una reducción de daños más eficaz”, afirma la guía, que también hace hincapié en la protección de los derecho humanos, la reducción del crimen, la corrupción y la violencia, y la protección de los jóvenes y otros colectivos especialmente vulnerables.