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Fallece Roland Griffiths, el científico que revivió la investigación con psicodélicos

Griffiths, cuyo primer estudio fue para calmar la depresión y ansiedad en pacientes de cáncer, ha muerto de un cáncer metastásico que aceptó agradecido. 

El neurocientífico Roland R. Griffiths, eminente investigador en el campo de los psicodélicos, falleció este lunes a la edad de 77 años como consecuencia de un cáncer de colon metastásico. Griffiths, uno de los responsables del renacido interés científico por el estudio de los psicodélicos en las últimas dos décadas, era profesor de los Departamentos de Psiquiatría y Neurociencias de la Universidad Johns Hopkins y director fundador del Centro de Investigación sobre Psicodélicos y Conciencia de dicha universidad.

Las investigaciones que Griffiths realizó en las últimas dos décadas sobre los psicodélicos y su potencial terapéutico para tratar afecciones de la salud mental como la ansiedad, la depresión o las adicciones han jugado un papel fundamental a la hora de reavivar el interés científico y terapéutico por sustancias como la psilocibina o la LSD, ilegalizadas hace medio siglo a nivel internacional. Pero además de su trabajo como científico, Griffiths ha sido una importante figura pública dedicada a la divulgación de la naturaleza y el uso terapéutico de estas sustancias.

Roland R. Griffiths hizo público su diagnóstico terminal de cáncer metastásico durante la primavera de este año, concediendo varias entrevistas en importantes medios de la televisión y la prensa estadounidense para explicar su caso, y mostrándose en todo momento optimista sobre su situación. En una entrevista con el New York Times el científico explicó que después de pasar por varios estados habituales en un caso de diagnóstico terminal como el suyo (depresión, ansiedad, negación, ira…) resolvió que “la mejor manera de superar este diagnóstico era practicar la gratitud por lo precioso de nuestras vidas”.

El científico contó que se apoyó en la meditación, una práctica que realizaba desde hacía años, y en alguna experiencia con psicodélicos para afrontar su situación. Precisamente el primer estudio que realizó Griffiths con psilocibina fue con pacientes de cáncer que sufrían depresión y ansiedad debido a su diagnóstico, y los resultados mostraron disminuciones duraderas en la depresión y la ansiedad que sufrían.

“¡Mi vida nunca ha sido mejor! Si me arrepiento de algo es de no haberme despertado tanto como lo he hecho sin un diagnóstico de cáncer. Ha habido tantas cosas positivas: mi relación con mis hijos, mis nietos, mis hermanos, mi esposa [Marla]. Entonces, ¿me arrepiento de algo? No, pero mi preocupación es principalmente por Marla y cómo va a afrontar esto. Hemos hablado de mi fallecimiento como una oportunidad, al igual que lo fue mi diagnóstico, para despertar. Porque estas son oportunidades para aprovechar sucesos que podrían etiquetarse y experimentarse como miserables, pero que no tienen por qué serlo”, dijo Griffiths en su entrevista con el New York Times.

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