Más allá de Estados Unidos, el continente americano también ha avanzado en regulaciones y propuestas legislativas en el último año, con México a la cabeza del movimiento. Allí se ha acabado por legalizar el uso y posesión de cannabis para uso personal a golpe de sentencia de la Corte Suprema de la Nación. El tribunal ordenó hace más de dos años al poder legislativo que elaborara y aprobara una regulación para el uso recreativo de cannabis, después de dictar varias sentencias diciendo que la prohibición era inconstitucional. El poder legislativo ha agotado el periodo establecido —con tres prórrogas incluidas— sin ser capaz de aprobar una regulación y la Corte Suprema tomó cartas en el asunto y aprobó una Declaratoria General de inconstitucional para los artículos de la Ley General de Salud referentes al cannabis. El resultado ha sido una legalización no acompañada de un marco legal definido, ni para el uso ni para el cultivo ni la comercialización de la planta, por lo que los legisladores deberán ponerse de nuevo con la legislación fracasada.
En Colombia el pasado noviembre el país perdió una importante oportunidad para regular el uso de cannabis entre adultos cuando una propuesta para incluir el uso de cannabis recreativo como una excepción exenta de castigo en la ley fracasó a su paso por el Congreso. Unas semanas más tarde la Comisión Primera del Senado aprobó otro proyecto de ley para regular el uso y producción de la marihuana recreativa para uso adulto. Ese proyecto deberá enfrentar nuevos debates para los que no hay fecha establecida.
La misma comisión del Senado colombiano aprobó en abril el proyecto de ley para regular la producción, comercialización y consumo de la hoja de coca y de sus derivados, incluyendo la cocaína. Fue el primer debate que enfrentó este novedoso proyecto dentro del Senado, y su objetivo es reducir los efectos sociales, sanitarios, ambientales y económicos que genera el narcotráfico y la prohibición de la hoja de coca y la cocaína. El borrador establece que el Estado sería el encargado de regular el cultivo, la producción, transformación, exportación, importación, distribución, comercialización, posesión y uso de la hoja de coca y sus derivados. Se crearían cooperativas campesinas para el cultivo de la hoja, que quedarían en manos de víctimas del conflicto con el narcotráfico, en comunidades indígenas u otros colectivos desfavorecidos del país. El proyecto de ley también incluye el uso comercial de la hoja de coca para la producción de alimentos, bebidas y cosméticos en Colombia, y su uso ritual por parte de las comunidades indígenas del país, así como el uso recreativo de la cocaína en dosis limitadas, siempre que se cumplan requisitos como la mayoría de edad y la previa supervisión de un médico.
Argentina también ha avanzado con una iniciativa presentada por el Gobierno para impulsar la producción de cannabis medicinal e industrial. El proyecto, que fue aprobado por el Senado en julio, permitiría la entrada en el sector a pequeñas y medianas empresas, cooperativas y grandes compañías, y crearía una agencia nacional que se ocupará de emitir licencias y controlar todo lo relacionado con la producción, comercialización, exportación, importación del cannabis medicinal. Con él, el Gobierno espera impulsar la economía y el empleo en el país.
Políticas de Estados de Oceanía, África y Asia
En otras latitudes también hay cambios: en Nueva Zelanda los ciudadanos estuvieron a punto de conseguir una legalización y regulación a golpe de referéndum, pero finalmente ganó el ‘No’, con un 50,7% frente al ‘Sí’ (48,4%). En otros países propuestas y proyectos ha habido varios, pero los pasos en firme han sido pocos. En Ruanda el Gobierno aprobó una normativa que permite la producción y la exportación de cannabis con fines medicinales, celebrada parcialmente y criticada por no aclarar cuestiones sobre los procedimientos a seguir, y no haber modificado el Código Penal: el uso de cannabis, medicinal y recreativo continúa siendo ilegal y se mantienen penas elevadas de castigo. También Tailandia, que lleva unos años poniéndose a la regulación del cannabis, despenalizó el kratom este año. Desde agosto el uso de esa planta tradicional de efectos ya no está penalizada y el Gobierno planea aprovechar también sus usos medicinales y regularlos.