¿Os acordáis de esas meriendas y desayunos con las clásicas galletas redondas con el glorioso nombre de maría dibujado? Se comían solas, mojadas en leche, café o cacao; untadas de crema de cacao y avellanas, mantequilla o incluso foie gras cuando no teníamos pan y el hambre porrera se apoderaba de nosotros. Pues bien, aquí os traemos una forma de hacerlas en casa o homemade, como se dice ahora...