Corrían los años cincuenta y nuevas alternativas a los barbitúricos estaban siendo buscadas en múltiples laboratorios de todo el globo. Pero el destino es caprichoso, y sería un grupo de investigadores indios, en su intento de encontrar antipalúdicos innovadores, el que se toparía con una molécula que sorprendería al mundo entero: la metacualona. Pronto fue bautizada con el nombre comercial...